Cefalea tensional

¿Qué es la cefalea tensional?

La cefalea tensional es un dolor de cabeza producido por una tensión muscular mantenida de los músculos que rodean al cráneo. Esto se repite en cada persona con una frecuencia diferente. Es un trastorno primario, es decir que no se debe a un daño o lesión en el cerebro.

¿Cómo se manifiesta la cefalea tensional?

Se manifiesta como una sensación molesta y dolorosa habitualmente de toda la cabeza como una presión continua. Puede ir acompañada de otros síntomas.

¿Con qué se relaciona la cefalea tensional?

Es muy importante conocer con qué se relaciona la aparición de dolor, para así evitarlo en la medida de lo posible. Existen diferentes posibles desencadenantes como es el estrés, problemas dentales/mandibulares, consumo de drogas (alcohol por ejemplo), problemas visuales no corregidos, dieta inadecuada, contracturas, esfuerzo físico, problemas cervicales, bajo estado anímico, mal descanso nocturno, etc.
El diagnóstico lo realiza el médico/a en base a los síntomas y signos del paciente. La cefalea tensional no se diagnostica con ninguna prueba, y ninguna prueba va a resolverla. Las pruebas solo se realizan si el médico/a considera que hay datos atípicos o si pudiera ser otro tipo de cefalea.

¿Cuál es el tratamiento de la cefalea tensional?

El tratamiento se centra en reducir esos desencadenantes y medicamentos. Dentro los medicamentos están aquellos llamados “analgésicos” que se indican para reducir/eliminar el dolor cuando aparece y aquellos llamados “preventivos” que se toman a diario (haya o no dolor) para prevenir su aparición. Entre los analgésicos hay una gran variedad, pero debe descubrir aquel que mejor le funcione (lo que a una persona le pueda ir bien, tal vez a otra no) y evitar abusar innecesariamente de ellos.

¿Cómo se previene la cefalea tensional?

Los preventivos buscan disminuir la intensidad, la duración y la frecuencia de días con dolor, por lo tanto se usan solo si son necesarios, dado que no están exentos de posibles efectos secundarios. Dentro de estos la gran mayoría suelen ser antidepresivos, pero no siempre se prescribe porque el estado anímico esté afectado, sino porque se ha demostrado su beneficio en este tipo de dolor. El beneficio de estos tratamientos puede tardar en notarse hasta 2 meses, por lo que deberá ser paciente. En caso de que algún medicamento le llegue a producir algún problema, comuníqueselo a su médico para plantear su retirada de forma correcta (no lo haga sin asesoramiento). En el caso de que el dolor resulte excesivamente intenso y/o duradero, o si aparecieran síntomas diferentes, sería recomendable acudir a Urgencias de su Centro de Salud.

Te proponemos que apuntes en un calendario aquellos días que tiene dolor indicando su intensidad. Recuerda traerlo a consulta.